Bajo la definición de “Subsanación de discrepancias” la Gerencia Territorial del Catastro, dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas” está llevando a cabo “veladamente”, con premeditación y alevosía, una nueva subida de los impuestos (Impuesto sobre Bienes Inmuebles, Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, Impuesto sobre Sucesiones, Impuesto sobre la Renta de las personas Físicas, Impuesto sobre Patrimonio)
Mediante lo que califica como “Propuesta de resolución con acuerdo de alteración”, para el ejercicio 2013, el Catastro se limita a exponer una serie de datos (identificación del inmueble, titularidad, datos de valoración, valoración de la construcción, valores catastrales e Impuesto sobre Bienes Inmuebles), sin que entre los mismos se especifique la discrepancia que subsana, no exponiendo, en modo alguno, los motivos que han llevado a subsanarla, tal y como le exige la Ley para la validez de los actos administrativos, por lo que dicho acto produce una total indefensión, siendo, por tanto, nulo de pleno derecho.
La única discrepancia, que no es observable del documento que se notifica por parte del Catastro, sino haciendo un ejercicio de investigación y de comparación con el Impuesto de Bienes inmuebles, que para este ejercicio 2013 ya se ha notificado, es la subida del valor catastral, lo que supone como antes he dicho la subida de los citados impuestos.
La máxima habitual utilizada por la Administración, en este caso el Catastro, es antigua: “más vale poco de muchos que mucho de pocos” pues sabe que aunque legalmente su actuación no se ajusta a la legalidad, la mayoría de los sujetos pasivos, generalmente los que menos poder adquisitivo tienen, no van a recurrir, pues a priori el recurso podría salirles más caro de lo que dicha subida, en la cuota de IBI o en su IRPF, les supondría a pagar, por lo que fácilmente, dicha administración obtendrá pingües ingresos “poco, de cada uno, pero de muchos”.
Sin embargo los que recurrirán la actuación del Catastro, generalmente personas con mayor poder adquisitivo o conocimientos, serán menos, por lo que, ese mucho de pocos, afectará mínimamente a las arcas públicas, que además ya lo tienen previsto.
Hacienda, para seguir sustentando un sistema totalmente burocratizado políticamente, no para de ingeniarse formulas para aumentar los impuestos a los muchos que poco pagan, pero que lealmente pagan, sin interesarse en lo poco que ya les queda.
Artículo de Opinión de Dª. María Soledad Navarro Hidalgo
Abogada Colegiada Nº 2.277 del Ilustre Colegio de Abogados de Granada,
En ejercicio desde hace más de 30 años. Posee un Máster en Planificación Territorial, Urbanismo y Mercado Inmobiliario. Es Perito en Valoraciones Inmobiliarias y Gestor Administrativo. Es especialista en relaciones con la Administración en las ramas del Derecho Administrativo, Mercantil, Fiscal y Tributario.
